¿Por que nos enfermamos cuando callamos o cuando no gestionamos las emociones adecuadamente?

¿Sabías que muchas de las afeccciones mentales que no se expresan de manera adecuada, pueden expresarse mediante afecciones físicas? Pues sí, esto recibe el nombre de somatización. Seguramente alguna vez te ha pasado que te sientes decaído y con dolores musculares sin una explicación, generalmente ese malestar tiene su origen en la mente. Cuando las personas reprimen las emociones o no tienen la capacidad para gestionarlas adecuadamente, el cuerpo empieza a expresar con dolencias o malestares. Un ejemplo muy práctico es el del estrés; cuando el estrés no es manejado adecuadamente, empieza a afectarse partes del cuerpo, en especial se presenta dolores de espalda y de cabeza. Existen casos en que una persona que presenta una enfermedad médica, al ponerse ansiosa o estresada, sus síntomas orgánicos pueden aumentar o incluso presentarse con más fuerza. Es importante comprender la relación que existe entre la mente y el cuerpo. Cuando una persona presenta síntomas físicos crónicos y se descarta la afección orgánica, es impredecible acudir a un profesional de salud mental, ya qué hay algo de nuestra parte emocional y mental que no se encuentra bien. Se trata de aprender a gestionar y canalizar las emociones de una manera adecuada y centrarse en el aquí y en el ahora. Uno de los mejores ejemplos para explicar un tipo de somatización es el que la mayoría de nosotros hemos atravesado en esta pandemia, muchos creemos que ya padecemos del virus y empezamos a somatizar, es decir, empezamos a generar síntomas similares a los del coronavirus, cuando en realidad no existe una explicación médica. Para ello, es útil identificar las emociones negativas que nos invaden y expresarlas en voz alta, ya que de esa manera se hacen conscientes y se canalizan. No obstante, también se puede realizar técnicas de relajación que mantenga nuestra mente en calma y mantenernos en el aquí y en el ahora. Puedes llevar a cabo actividades placenteras ya que al liberar dopamina, nuestro cuerpo reacciona de una manera positiva, disminuyendo las tensiones.

Psic. Bernarda Ávila Vélez